Una juez federal ha mandado al Ejército de EE.UU que deje de llevar a cabo la ley que no permitía la entrada de soldados que hicieran pública su homosexualidad, en las Fuerzas Armadas, cuando ya hace unas semanas que dicha ley se ha considerado inconstitucional. El veredicto de la jueza Virginie Philipps lo deja claro: “La suspensión inmediata de cualquier investigación, despido, separación u otro proceso” que se realice bajo la famosa ley de “Don´t Ask, Don´t Tell”, según ha informado la cadena CNN. Considera que la ley no tiene nada que ver con el hecho de estar, o no, preparados para servir en el ejército. Y, además, desprende un “efecto negativo” para las Farm. Esta ha sido la respuesta de la jueza, ante una denuncia llevada a cabo por Log Cabin Republican -un grupo que está formado por 19.000 personas, en el que nos encontramos con militares y ex militares del país. Esta es la acción más fuerte contra esta ley tan polémica, que Barack Obama ha asegurado que va a cambiar.
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