
En la actualidad, el término que más se emplea es el anglicismo “gay”, tanto para conceptos en singular o en plural, para personas que son homosexuales. Este término ha logrado sustituir a palabras que son vistas como un insulto, una palabra ofensiva o que suena mal, como puede ser maricón, sodomita, puto... Además, nos encontramos que es un término muy fácil de usar, ya que hay muchas personas que no entienden lo que significa una persona heterosexual, homosexual, bisexual, transexual... por culpa de falta de información y por que son personas que tienen muchos prejuicios. La homosexualidad entre mujeres, se conoce como lesbianismo o lesbianidad. Los adjetivos son lésbico o lésbica. ¿De dónde proviene? Pues de la isla de Lesbos, en Grecia y de la histórica poetisa Safo, cuyos poemas, que estaban llenos de pasión, estaban dedicados a sus amigas , y a lo largo de su vida estaba rodeada de mujeres, lo que hacía que se pensara que era homosexual. Durante una época se empleaba el término homosexualismo, que tenía el valor de que se promociona este tipo de conductas; también, con un valor peyorativo, para tratar la homosexualidad como deficiencia mental. Pero, la sociedad fue cambiando sus creencias, sobre que la homosexualidad es una enfermedad, por lo que se fue sustituyendo con el término de homosexualidad, con el significado de “calidad de...”. Hoy por hoy, el diccionario de la Real Academia Española sólo recoge el último término. A pesar de ello, las corrientes más integristas, entre las que tenemos la Iglesia cristiana, rechaza la existencia de personas homosexuales y sólo admite el término de homosexual, para denominar a una conducta desviada. La palabra homosexualidad apareció en un panfleto anónimo, en el año 1869, por Karl Maria Kertbeny, que buscaba rechazar las leyes contra la sodomía, que existían en Prusia. En 1886, aparece en Psychopathia Sexualis, un estudio firmado por Richard von Krafft- Ebing, en un momento en que se consideraba la homosexualidad, como una desviación sexual.