En
medio de una rueda de prensa, un periodista se atrevió a preguntar
al futbolista italiano, Antonio Cassano, si sabía la identidad de
los dos compañeros de la selección italiana de fútbol que, según
diversos rumores, podrían ser gays. “Es
problema de ellos, son homosexuales, es su problema. Lo dejo así. Si
no, vienen ataques de todas partes. Ojalá no haya homosexuales en la
selección, pero…”,
llegó a decir Cassano, mientras gesticulaba con bastante exageración
y con una sonrisa forzada, sin saber muy bien que iba a provocar un
gran revuelo y, unas horas más tarde, se vería obligado a tener que
hacer una rectificación, que muchos han considerado que ha sido
forzada, por miembros de la institución. Las personas que se sienten
ofendidos piensan que negar su homofobia, tras una rueda de prensa,
como la que hizo, es igual a que una persona desmienta un acto
violento, después de haber dado un puñetazo a alguien y le rompe la
nariz. Los medios se han centrado en las declaraciones, realizadas
por el futbolista, que acaba de recuperarse de un problema del
corazón, del que logró salir con el apoyo y con las muestras de
cariño de muchos de sus aficionados.
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