domingo, 13 de mayo de 2012

Las fotos de travestis y transexuales de Christer Strömholm, llenas de dulzura



Christer Strömholm (1918-2002), es el mejor fotógrafo sueco de todo el siglo XIX y uno de los más olvidados, de manera injusta, del continente europeo, no tuvo una niñez fácil: su padre, que era militar, se suicidó en el año 1934. Desde ese momento, el niño fue cambiando de una escuela a otra, sin encontrar su lugar. Después, entre los años 1940 y 1945 fue voluntario, primero, y maquis, después, en las guerras de Rusia contra Finlandia y de Suecia contra Alemania. Todas las experiencias que vivió en su juventud le llevaron, de una manera natural, hacia el existencialismo y su cuna, la ciudad de París. Llegó a la ciudad de las luces, en el año 1946, donde volvió a retomar sus estudios artísticos, siendo muy frecuente su presencia en los círculos del existencialismo, como el centro de la vida, y del pensamiento, y formó parte del movimiento de la fotografía subjetiva, que buscaba la libertad de movimientos formales, para cada fotógrafo. En el año 1956, algo marcó su vida: decidió alquilar un apartamento en la zona de la Place Blanche, que estaba en el centro del distrito rojo de París, un lugar único. El Moulin rouge era un imán, que lograba atraer a los noctámbulos, que estaban buscando sexo, a cambio de dinero o de alcohol, simplemente.
Foto: fuente

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